Silencio
de la noche, doloroso silencio
nocturno...
¿Por qué el alma tiembla de tal manera?
Oigo
el zumbido de mi sangre,
dentro
de mi cráneo pasa una suave tormenta.
¡Insomnio!
No poder dormir, y, sin embargo,
soñar.
Ser la auto-pieza
de
disección espiritual, ¡el auto-Hamlet!
Diluir
mi tristeza
en
un vino de noche
en
el maravilloso cristal de las tinieblas...
Y
me digo: ¿a qué hora vendrá el alba?
Se
ha cerrado una puerta...
Ha
pasado un transeúnte...
Ha
dado el reloj trece horas... ¡Si será Ella!...