Las
dulces mensajeras de la tristeza son...
son
avecillas negras, negras como la noche.
¡Negras
como el dolor!
¡Las
dulces golondrinas que en invierno se van
y
que dejan el nido abandonado y solo
para
cruzar el mar!
Cada
vez que las veo siento un frío sutil...
¡Oh!
¡Negras avecillas, inquietas avecillas
amantes
de abril!
¡Oh!
¡Pobres golondrinas que se van a buscar
como
los emigrantes, a las tierras extrañas,
la
migaja de pan!
¡Golondrinas,
llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid
primaverales, con las alas de luto
llegaos
hasta mí!
Sostenedme
en las alas... Sostenedme y cruzad
de
un volido tan sólo, eterno y más eterno
la
inmensidad del mar...
¿Sabéis
cómo se viaja hasta el país del sol?...
¿Sabéis
dónde se encuentra la eterna primavera,
la
fuente del amor?...
¡Llevadme,
golondrinas! ¡Llevadme! ¡No temáis!
Yo
soy una bohemia, una pobre bohemia
¡Llevadme
donde vais!
¿No
sabéis, golondrinas errantes, no sabéis,
que
tengo el alma enferma porque no puedo irme
volando
yo también?
¡Golondrinas,
llegaos! ¡Golondrinas, venid!
¡Venid
primaverales! ¡Con las alas de luto
llegaos
hasta mí!
¡Venid!
¡Llevadme pronto a correr el albur!...
¡Qué
lástima, pequeñas, que no tengáis las alas
tejidas
en azul!